Gracias. Muchas gracias. Esto es bastante apabullante. Gracias a los miembros de la Academia por este horno, a mis queridos amigos que están aquí esta noche: Gena (Rowlands) y George (Lucas) por sus amables palabras. A mi héroe, Louis Zamperini. Al reparto de de “En tierra de sangre y miel” y sobre todo a mi familia. A mi amor (Brad Pitt), que me apoya y me guía para que todo pueda ser posible. Madd, no voy a llorar, lo prometí (risas) . No quiero avergonzaros. Tú y tus hermanos y hermanas sois mi felicidad, y no hay mayor honor para mí en este mundo que ser vuestra madre.
Me siento muy humilde aquí esta noche entre tantos extraordinarios artista. Mi madre amaba el arte. Ella amaba las películas. Ella me apoyó en cualquier locura que yo hice, pero estuviese donde fuera ella me hacía ver para que son las películas. Y ella nunca tuvo una carrera como artista. Nunca tuvo la oportunidad de expresarlo más allá de sus clases de teatro. Pero ella quería algo más que a sí misma, nos quería que Jamie y yo conociéramos lo difícil que es la vida del artista, y nos dio esa oportunidad. Ella nos llevó a cada audición y nos esperaba en el coche durante horas. Siempre nos hizo sentir bien todas esas veces que no conseguimos el trabajo, y cuando yo lo conseguí ambas dimos saltos de alegría como niñas pequeñas. Ella nunca me hizo mis mejores críticas pero nunca tuvo nada desagradable que decir, pero me dio amor y confianza y, sobre todo, tenía muy claro que nada significaría nada si yo no tenía una vida que compartir con los demás.
Y durante un largo tiempo no supe a qué se refería. Entre en este negocio joven y preocupada por mis propias experiencias y por mi propio dolor, y solo cuando empecé a viajar y ver más allá de mi hogar pude entender mi responsabilidad con los demás. Y cuando conocí a supervivientes de la guerra, el hambre y las violaciones aprendí que la vida, como la mayoría de personas en este mundo, es muy afortunada si tengo para comer, un techo sobre mi cabeza y un lugar seguro donde vivir, y la tranquilidad de tener a mi familia a salvo y con salud. Y me di cuenta lo muy protegida que había estado y tomé la decisión que no estaría más así.
Bien, todas las personas en esta sala somos muy afortunada. Nunca he entendido porque las personas que tiene la suficiente suerte de haber nacido con la misma oportunidad que yo tengo no han cogido este camino en sus vida, y porque a lo largo del mundo hay mujeres como yo, con las mismas habilidades y los mismos deseos, con la misma ética en el trabajo y en el amor por su familia, que podrían hacer mejores películas y mejores discursos que yo, y en cambio están en un campamento de refugiados y no tienen voz. Ellas se preocupan porque sus hijos puedan comer, por mantenerlos a salvo y conseguir que pueda volver a casa. No sé porque en esta vida existen mujeres así. No lo entiendo. Pero como madre que me lo pregunto haré en esta vida lo mejor que pueda para darlo a conocer. Y si estoy aquí esta noche significa que las he escuchado y que se sienten vivas y muy orgullosa. Por eso gracias por ello.
Me siento muy humilde aquí esta noche entre tantos extraordinarios artista. Mi madre amaba el arte. Ella amaba las películas. Ella me apoyó en cualquier locura que yo hice, pero estuviese donde fuera ella me hacía ver para que son las películas. Y ella nunca tuvo una carrera como artista. Nunca tuvo la oportunidad de expresarlo más allá de sus clases de teatro. Pero ella quería algo más que a sí misma, nos quería que Jamie y yo conociéramos lo difícil que es la vida del artista, y nos dio esa oportunidad. Ella nos llevó a cada audición y nos esperaba en el coche durante horas. Siempre nos hizo sentir bien todas esas veces que no conseguimos el trabajo, y cuando yo lo conseguí ambas dimos saltos de alegría como niñas pequeñas. Ella nunca me hizo mis mejores críticas pero nunca tuvo nada desagradable que decir, pero me dio amor y confianza y, sobre todo, tenía muy claro que nada significaría nada si yo no tenía una vida que compartir con los demás.
Y durante un largo tiempo no supe a qué se refería. Entre en este negocio joven y preocupada por mis propias experiencias y por mi propio dolor, y solo cuando empecé a viajar y ver más allá de mi hogar pude entender mi responsabilidad con los demás. Y cuando conocí a supervivientes de la guerra, el hambre y las violaciones aprendí que la vida, como la mayoría de personas en este mundo, es muy afortunada si tengo para comer, un techo sobre mi cabeza y un lugar seguro donde vivir, y la tranquilidad de tener a mi familia a salvo y con salud. Y me di cuenta lo muy protegida que había estado y tomé la decisión que no estaría más así.
Bien, todas las personas en esta sala somos muy afortunada. Nunca he entendido porque las personas que tiene la suficiente suerte de haber nacido con la misma oportunidad que yo tengo no han cogido este camino en sus vida, y porque a lo largo del mundo hay mujeres como yo, con las mismas habilidades y los mismos deseos, con la misma ética en el trabajo y en el amor por su familia, que podrían hacer mejores películas y mejores discursos que yo, y en cambio están en un campamento de refugiados y no tienen voz. Ellas se preocupan porque sus hijos puedan comer, por mantenerlos a salvo y conseguir que pueda volver a casa. No sé porque en esta vida existen mujeres así. No lo entiendo. Pero como madre que me lo pregunto haré en esta vida lo mejor que pueda para darlo a conocer. Y si estoy aquí esta noche significa que las he escuchado y que se sienten vivas y muy orgullosa. Por eso gracias por ello.
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