Oscars 1996: Saul Zaentz, Premio Irving G. Thalberg


Gracias, Michael (Douglas). Hace 25 años trabajamos juntos y él todavía no ha olvidado lo que le grité. Pero, así es el negocio del espectáculo. 

Me gustaría hablar durante un minute sobre la pasión. No se muevan de sus sillas o cambien de canal en su televisión, las siguientes palabras serán inocentes. Darryl Zanuck, Hal Wallis, David Selznick, Walt Disney y Samuel Goldwyn están entre los gigantes que recibieron anteriormente este premio. Todos eran conocidos como productores que aportaron pasión a sus películas. Y lo hicieron junto por el amor de hacer cine. La pasión es el factor inconmensurable e indescriptible que diferencia una película de otra. La pasión se mueve libremente a través de los límites, habla cada idioma y fortalece cada cultura. El movimiento de la pasión es la satisfacción más gratificante en la vida de un cineasta. Esto ocurre cuando ves y escuchas a gente alrededor del mundo compartiendo sus risas, sus llantos y sus repentinos jadeos por un mismo momento en la pantalla. Samuel Hoffenstein, un poeta y escritor, escribió: “El Santo Grial no está en la búsqueda, sino en el recorrido”. El premio Irving G. Thalberg recuerda a un gigante que nos dio sentido a la historia del cine. Esto pertenece a muchos de vosotros que habéis compartido sueños y viajes. Mi copa ya está llena. Gracias.

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