Oscars 2010: Eli Wallach, Oscar Honorífico


Gracias, Clint (Eastwood). Amigos, familia, damas y caballeros, miembros de la Academia: gracias. Dejadme deciros algo sobre mí. Como actor he interpretado a tantos bandidos, ladrones, asesinos, guerrero, acosadores sexuales y mafiosos que deberíais golpearme con un palo. Como ciudadano civilizado yo colecciono relojes antiguos, cuento historias interminables de mis días como médico en la Segunda Guerra Mundial, veo partidos de tener, vivo para mi familia, veo el correo, pongo el lavaplatos, hago fotos de la corteza de los árboles. Y sobre todo tengo afición por un hombre llamado Josh Brolin (le señala) ahí está él. 

Hablando de correos, a veces recibo la más bizarra de las correspondencias, que va desde un inglés pidiéndome ayuda para la operación de corazón de su madre hasta el año pasado una carta del Papa que efusivamente me dice que su película favorita mía fue “Los siete magníficos”, no puedo comprenderlo porque me paso todo el rato matando personas en ella. Por lo que le visitaré la próxima vez que vaya a Roma. No me había dado cuenta que tenía amigos en las altas esferas. Ni siquiera sabía que me había unido a la Academia, por el amor de Cristo. Ahora en serio, estoy conmovido por este honor. Vuestro reconocimiento a mi arte hace darme cuenta de algo: yo no actúo para vivir, yo vivo para actuar. 

Tengo una última historia que contaros. Dos hombres jóvenes estuvieron planeando un regalo por el cumpleaños de su anciano padre, por lo que decidieron contratar y enviar a una prostituta. Durante las negociaciones ella preguntó: ¿Cuántos años tiene el chico del cumpleaños?”, “Oh, tiene 90”, “Oh, fácil”, ella dijo, “puedo manejarle fácilmente”. Por lo que ella fue a la casa del viejo, llamó a la puerta, el viejo abrió y dijo: “Sí, ¿qué ocurre?”, ella sonrió y dice: “estoy aquí para darte super sexo”, y después de una ligera pausa él dijo: “está bien, tomaré la sopa” (juego de palabras imposible de traducir al español). 

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